¡Hola pequeña familia!
Hoy os vengo hablar de un viaje que cambió mi vida, mi forma de pensar, pero sobre todo de apreciar las pequeñas cosas.
Antes de que empezará todo el caos del 2020 tuve la oportunidad de viajar a Marruecos, un lugar donde siempre soñé por ir, un lugar que sabía que me iba a llenar de vida, de recuerdos, aventuras y que me ayudaría a crecer como persona. Pero todo fue más especial ya que fue el viaje de fin de curso de integración social.
Cuando sigues a influencers y viajan a Marruecos enseñan preciosas fotos y así es como el resto de las personas se lo esperan, pero no fue así.
Desde el primer día sentíamos miedo, alguna que otra compañera deseaba con volver a España, era todo muy diferente a lo que nos habían mostrado pero era lo que yo quería y deseaba vivir, vivir la experiencia de Marrakech en todo sus sentidos.
Desde el primer día puede apreciar los olores de las miles de especias que existen, observe la explotación infantil que hay (niños/as de tempranas edades vendiendo cualquier cosa, como por ejemplo paquetes de pañuelos), la cantidad de personas sin techo, viviendo entre cartones o incluso personas con miembros del cuerpo gangrenados.
Las mujeres con burka desde la cabeza hasta los pies, solo dejando libre la zona de los ojos o incluso muchas veces ni se les veía, pudimos ver cómo hacían el rezo en cualquier lugar, pero sobre todo lo que más me llamo la atención fue la pobreza que existe en ese gran país.
Durante el viaje hicimos una excursión al desierto, donde íbamos a pasar una noche. Hasta llegar aquí, pasamos por miles lugares y cada en cada uno de ellos se quedó un pedazo de mí. Cuando hacíamos paradas, los/as niños/as bajaban inmensas cuestas para que le diéramos cualquier cosa, estaban muy sucios/as, o incluso estaban en sitios estratégicos donde hacíamos fotos y así conseguían dinero o comida.
Otras de las visitas, fue a una asociación de mujeres que tejían alfombras, pero pudimos apreciar como la figura de la mujer no era visible y no intervenía en el papel, simplemente tejían, la explicación fue dada por un hombre. Al igual que cuando visitamos una asociación donde se hacía aceite de argán, las mujeres trabajaban en ello y los hombres eran los que nos explicaban.
Cuando llegamos al desierto nos llevamos una gran sorpresa, conocimos a personas bereberes que nos contaros su vida y como se guiaban con las estrellas por el desierto cuando era de noche, nos pusieron nombres bereber y estuvimos bailando y cantando alrededor de una hoguera.
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| Imagen propia |
Con esta entrada quiero mostrar la realidad de un país, un país que las personas ricas son muy muy ricas y que las personas pobres son extremadamente pobres, un país desequilibrado, una sociedad muy machista, una cultura tan diferente... Pero a la vez un lugar mágico y lleno de aventuras.
¡UN VIAJE QUE CAMBIÓ MI VIDA Y LA MANERA DE APRECIAR LAS PEQUEÑAS COSAS!
Espero que os haya gustado ya que al ser la última entrada de tema libre he querido hacerla más personal. A continuación os dejo fotos de los lugares que visite, espero teletransportaros y que conozcáis los lugares donde yo estuve. 💜
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